CINE: CANIBAL de Manuel Martín Cuenca

España 2013
Antonio de la Torre. Olimpia Melinte

Canibal es una película atípica en su propia naturaleza.
El argumento debería emparentarla con el género de terror: un hombre que asesina para comerse a sus víctimas femeninas.
Sin embargo, está tratada/ contada, como si  fuese un visionado cotidiano de cualquier profesional meticuloso ,en una ciudad de provincias, eso sí, con mucha carne en la nevera.
Además, hay otra elección todavía más arriesgada: convertirla en una película en una especie de presente perfecto; desde el inicio conocemos al personaje y sus "aficiones", sin que el descubrimiento de estas se utilicen como sostén narrativo; y además , no existe ninguna explicación, ningún intento de indagar en los motivos, en las razones, ni de arrojar datos temporales sobre cuando y como empezó.
Hoy es así.
Y es a partir de hoy desde donde vamos a contemplar el desarrollo de unos cuantos días de su vida.
La trama, centrada en una especie de historia de amor, alcanza para mi niveles más universales. Pienso en la soledad que se rellena de tiempo dedicado a una u otra cosa, rituales al fin y al cabo, que hacen que ese hombre contemporáneo, seguramente más habitual de lo que pensamos, crea que está llena. Sólo cuando un rayo penetra desde el exterior y le deja ver lo que sería una vida catalogada como normal, se tambalea esa seguridad.
Dependiendo de la distancia con lo socialmente asumible, esa reincorporación será posible o terminará en tragedia.
Además, hay un aviso de mirada alrededor: posiblemente estemos tan lejos unos de otros, que podemos estar conviviendo con el Diablo sin apenas enterarnos.
De nuevo la soledad y la deshumanización, a pesar de enclavar la historia en un entorno donde todos se saludan en la calle. Sólo ritos.
Me encanta la caligrafía narrativa de Martín Cuenca; ya me sorprendió su depuración absoluta, que siempre resulta arriesgada en un mundo acostumbrado a que nos ataquen con emociones, en la estupenda La mitad de Oscar.
Pero no nos confundamos, no estoy hablando de un cineasta que juega a la nada. Las dos secuencias relacionadas con los crímenes , son excelentes, tanto la de la gasolinera como la de la playa. El resto es un dibujo constante de encuadres cuidados y referencias estéticas de primer orden, mezcladas con un sonido que se convierte en otro elemento de la narración.
Los apuntes religiosos , señalan el relato, situándolo tal vez a otro nivel o siendo tan sólo una buena elección estética y de colocación del personaje aun más en un entorno anacrónico con sus secretos.
Finalmente, ya en la película anterior se hacía un uso magnífico de la naturaleza, aquí las secuencias rodadas en la sierra son de una belleza absoluta, capaz de reducir a sus personajes en un entorno que otorga a la historia dimensiones casi de mitología. Es gracioso, hablando de mitología, podría abrirse otra línea de análisis, en la cinta antes citada se hablaba de incesto, el pecado de los dioses en la antiguedad; aquí de canibalismo, otra práctica habitual entonces en muchos de ellos. No tengo tiempo.
Se ha escrito mucho sobre la contención de Antonio de la Torre, a mi hace mucho que me parece un actor magnífico; no me sorprende su interpretación, lo que me sorprende es que no le den muchos más papeles como este.
Canibal es un film excelente; una rareza. Una apuesta conseguida.
Espero que tenga una buena carrera, internacional, por eso, para darle suerte, he colocado aquí la rareza del cartel en inglés.

Público  

Comentarios