CINE: BLUE JASMINE de Woody Allen

USA. 2013
Cate Blanchett. Alec Baldwin. Sally Hawkins. Peter Sargarsd.

Parece que los incondicionales de Allen, aquellos que estaban un poco desesperados con sus últimas películas, han respirado tranquilos con Blue Jasmine.
Personalmente, siendo un admirador de este director, no siempre he coincidido con el gusto general: creo que atesora una incomparable lista de obras únicas, sobre todo gracias a su imaginación y a la libertad de su caligrafía, pero entre ellas no incluiría la artificial Balas sobre Broadway o la simple Medianoche en París ; en cuanto a su tour europeo, del periplo inglés, la de El sueño de Casandra, remedo de Highsmith, me gusta tanto como Match Point, el viaje por Roma desigual pero simpático y nada peor que la visita a Barcelona, que francamente me hizo temer por la salud del maestro; de esa época, sigo considerando que el Allen más Allen es la no comprendida del todo Conoceras a un perfecto extraño.
Es cierto que en los últimos tiempos, todos echábamos de menos la genialidad de Zelig, La Rosa Púrpura del Cairo, Delitos y faltas, Radio Days, Hanna y sus hermanas o muchas otras, empezando a percibir quizás cierto desgaste. Pero Blue Jasmine viene al rescate, y es que, por encima de todo, detrás de esta película hay, sin duda un buen director.
En cualquier caso, si me gustaría hacer ciertos comentarios.
Dentro de la colección de personajes de Allen es conocida su capacidad para dotar de singularidad a los femeninos, algo que se ha reflejado en la proliferación de oscars entre sus intérpretes ( desde la legendaria Annie Hall de Diane Keaton, hasta dos veces Dianne Wiest, Mira Sorvino o Penélope Cruz ). Eso se convierte en el centro y la razón de ser de Blue Jasmine, la creación de un personaje femenino como centro de la historia, hijo de los melodramas de antaño, complejo y completo, como columna vertebral de la narración. En un componente habitual en su cine, rodea a esta mujer de un grupo de personajes paralelos con buenos momentos, pero no es la que importa, todos los esfuerzos , la mirada, están centrados en la creación de esa musa desconcertada y al borde de la locura. En algún lugar he leído ciertas referencias a la Blanche Dubois de Tenesse Williams; creo que las similitudes  son puramente estéticas ( la hermana, la locura ... ),a esta le falta la pulsión sexual y, su rechazo por la vulgaridad, en ningún momento admite concesiones. Jasmine es una mujer singular, un personaje entero, capaz de justificar una muy buena película.
Para sostener la escritura, por supuesto, hacía falta una actriz, también singular, capaz de la creación desde el interior, de ponerlo en miradas y gestos y de trabajar en el límite del histrionismo. Alguien tocada por la gracia y que comprendiese el regalo que el director lo estaba haciendo y decidiese aprovecharlo al doscientos por cien. Cate Blanchett cumple con todo ello al máximo nivel. Ella es el centro, el andamio que sostiene todo el armazón, incluso diría que la causa de que la película exista.  
Una vez dicho esto, vuelvo al inicio: Blue Jasmine es una película muy bien dirigida y escrita, fluida, muy interesante desde el punto de vista dramático, sin embargo conviene recalcar que no se deben de buscar los lugares comunes del autor, no hay casi humor, ni aparecen los ramalazos de magia que en muchas ocasiones nos ha regalado.
Posiblemente es bueno que un creador no siempre se parezca a si mismo, y desde su búsqueda, Allen nos ha dado obras inolvidables ( esta es muy buena pero no llega al nivel de las obras maestras ); si antes citaba a Highsmith en la historia negra de los hermanos ingleses, y hay mucho Bergman en Interiores y Septiembre ( que a mi me gustan ) , Blue Jarmine podría referirse posiblemente a un Douglas Sirk.
En cualquier caso, esperemos que sea este el primer paso para abandonar los titubeos, que volvamos a anhelar a este simpático paranóico con la seguridad de que siempre tendrá algo bueno para nosotros.
Por nosotros, por él mismo, y por Cate Blanchett, a la que esperamos volver a ver en sus manos. Ahí va, por ella, foto de despedida.


     Público

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