CINE: EL MEDICO ALEMAN ( WAKOLDA ) de Lucía Puenzo


Argentina/ Francia/ España/ Noruega 2013
Alex Brendemuhl. Natalia Oreiro. Diego Peretti.  Florencia Bado. Elena Roger. Guillermo Pfening

No es la primera que Argentina se enfrenta a través del cine a los fantasmas de su pasado.
La Historia Oficial fue en su día un ejercicio de exorcismo colectivo espeluznante.
Ahora, Lucía Puenzo ( hija de Luis Puenzo, de casta le viene ) nos acerca a otro episodio truculento de ese país, además de incomprensible: es difícil entender como,una vez conocidos los horrores provocados por los nazis durante la 2ª Guerra Mundial, ese país fuese tan condescendiente con los huidos, quizás sólo comprensible si asumimos un sustrato mucho peor, y es que en Argentina había florecido una colonia peligrosa que pregnaba incluso en los adolescentes, a través de colegios absolutamente doctrinarios.
Fue en Argentina, en concreto en Bariloche, donde desaparece durante un tiempo el rastro de uno de los mayores monstruos que generó aquella contienda, Joseph Mengele.
Apodado  Doctor Muerte, es difícil imaginar mayor nivel de crueldad, precisamente por su indiferencia en pro de la ciencia. Aterra su capacidad de observación, como si los seres humanos fuesen especies en un laboratorio.
Lucía Puenzo imagina ( primero en novela, luego en cine ) esos días desaparecidos.
Con una base que recuerda algunos clásicos, enfrenta a la bestia con la inocencia de la infancia, una niña de rostro perfecto y ojos hermosos. También le dota de un aire de cuento: esa niña tiene algo de Pulgarcita, y  aparece un bosque, escenario en el que se enclava la casa de la familia protagonista, escenario de peligro, escenario donde puede ocurrir lo peor.
Todo esto hace que se navegue entre el thriller, fundamentalmente en lo referente a su búsqueda y caza de los asesinos, y el cine de terror, donde quizás esté lo mejor ( espeluznante asomarse a la manipulación a la que Mengele somete a la familia de la pequeña, el embarazo de la madre, el tratamiento de los gemelos... ). Todo ello sin olvidar crear alrededor un entorno sórdido capaz de hacer creíble lo que podría haber ocurrido en verdad.
A partir de ahí, la autora maneja diversos elementos para estructurar el relato con maestría y contar muy bien una historia, sin efectismos y también sin subrayar el aspecto simbólico que existe en las muñecas. Con absoluta solidez.
Pero creo que dentro de ese excelente pulso, hay algo que convierte la cinta en especial, o mejor dicho dos cosas:
Por un lado, el ambiente turbio , propio del género, que parece teñir toda la película.( en especial la madre y la niña ), que navegan entre el horror y el interés personal. Quizás una grieta abierta desde la que asomar para cuestionar hasta donde pueden llevarnos nuestros miedos y egoísmo.
Y por supuesto, no podemos olvidar citar los fantásticos paisajes de la Patagonia, que la directora retrata sin complejos, en toda su grandiosidad, otorgándole al relato una dimensión mítica.
En los últimos años, nos visitan a menudo actores argentinos , lo que nos ha llevado a conocer la alta calidad de su trabajo. Aquí comparten pantalla con un Brendemuhl sólido, magnético. Como curiosidad, señalar que quien interpreta a la fotógrafa, Elena Rogers es una conocida actriz de musicales, que pasó por Madrid con Piaf y triunfó en el West End londinense con Evita.
Sólo hay un momento en que creo que Puenzo se pierde, es, en una cinta que como ya he dicho huye de todo efectismo, el extraño y desconcertante aporte musical de la última escena. Una pequeña mancha en un ejemplo de buena historia muy bien escrita y contada, con esa capacidad y esos materiales, es fácil conseguir un producto intenso y apasionante.

Público

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