CINE: ARRAIANOS de Eloy Enciso

España 2012
¿Documental?
Celsa Araujo. Antonio Ferreira. Eulalia González

Nací en Galicia.
Viví allí los primeros dieciocho años de mi vida.
Pero fue en La Coruña, la que era considerada la capital más relevante de la provincia, y con la superioridad algo patética de los urbanitas, mirada con cierta superioridad lo que quedaba en las afueras.
Fue mucho después, gracias a la creación de muchos ( novelas, pinturas, poemas, fotografías... ) cuando comprendí que esa actitud me había privado de conocer una región mágica, unas tradiciones milenarias, casi surgidas de la tierra, y la experiencia de unas gentes cuya sabiduría estaba muy por encima de la nuestra.
La película de Eloy Enciso se enclava en ese paisaje, una pequeña aldea perdida entre las montañas cerca de la frontera con Portugal ; tratar de trasladar al público una atmósfera, una sensación telúrica, y dejarle que sea él quien le de forma o sencillamente lo acepte sin más, sin la necesidad de que responda a una estructura convencional.
En el nucleo, en el hueso de estas imágenes, están trozos del texto de una obra de teatro gallego denominada El Bosque, una especie de Esperando a Godot, con unos personajes intentando encontrar la salida de ese lugar, temido, conocido, remedo de la confusión en la que en ocasiones se convierte la existencia; los recitan un grupo de personajes a quien no puedo identificar como actores.
Es una decisión arriesgada, radical, mezclar la observación casi hiperrealista con un artilugio tan artificioso. Pero el contraste sirve para darle a la cinta una dimensión intelectual que le otorga un carácter mítico.
Y es que mi percepción es esa:
Creo que Enciso es capaz de trasformar la realidad en leyenda, de extraer la grandeza interior de las miradas y los silencios, y con todo ello, otorgar a esos personajes y a esos lugares la categoría de un extraño Olimpo oscuro y rural. Contemplamos  los vacíos de aquellas aldeas, vemos pasar las estaciones, o asistimos a un parto bovino. En definitiva, Enciso nos invita y nos enseña a mirar, y lo hace otorgando a sus imágenes una magnética belleza.
No me importa, no necesito coherencia, ni entender todo, siento que percibo muchas cosas y que, posiblemente, en este caso, mis sentido vayan por delante de mi razón.
Quizás sea una representación, o retazos de recuerdo, o el sueño de dos mujeres... me da igual.
Tal vez la mirada sobre una cultura en camino de su extinción, o más bien prefiero pensar que en el camino de abandonar lo terrenal para ubicarse en otra dimensión, en un lugar no lugar, compuesto de luces y nieblas. Como trastocan esas fotografías, que nos hablan de un pasado tan diferente que sus habitantes parecen fantasmas capaces de mirarnos de frente desde la pantalla.
No creo que pueda denominarse Arraianos como un documental. Es otra forma de narrar. Y el resultado es tan sorprendente como fascinante. En gran partee gracias a la manipulación del director; podría recordar mil rincones: esos árboles que seguimos hacia el suelo, las subidas al cielo de los ojos de la cámara, el excelente trabajo con el sonido, las puertas y la noche cruzada por el ruido de los cencerros... es su obra.
Posiblemente no  sea apto para todos. Pero ¿ cuando lo es el arte?.

Público

Comentarios