NOVELA: EN LA CORTE DEL LOBO de Hilary Mantel

Ancora y Delfín
752 páginas

La historia es de sobra conocida y ha sido contada hasta la saciedad: tras no ser capaz de concebir un heredero de su matrimonio con Catalina de Aragón, y enamorado de Ana Bolena, el rey Enrique VIII lleva a Inglaterra al cisma anglicano , al tiempo que convierte su reino en territorio oscuro, aunque disfrazado de frivolidad y diversión.
Esta nueva era, sobre todo a raíz de su oposición con la Iglesia de Roma, se produce una etapa de limpieza que se convierte en el espejo de antiguas venganzas, que generalmente se saldan con una muerte cruel. Entre estas, la más conocida es sin duda la de Thomas Moro.
Luego todo se complicó más todavía, pero posiblemente este fuese el inicio y la causa de lo que vino después.
Todos tenemos nuestra versión del rey, de la ambiciosa Ana, de la sufrida Catalina...
Pero nunca se había, hasta ahora, mostrado desde la perspectiva que ahora nos ofrece Hilary Mantel.
Y es que los antes citados, siempre en apariencia protagonistas, se han convertido en secundarios frente a quien es la columna vertebral de esta narración.
Thomas Cromwell ha sido siempre un elemento tangencial, y generalmente presentado como un malo sin demasiados perfiles.Aquí es protagonista; un hombre de un origen muy humilde que consiguió covertirse, sino en el más,si en una de las personas con mayor poder en su época.
Hilary Mantel lo pone en primera línea, siendo capaz, no sólo de contar las razones de su ascenso, sino también de mostrar un muy complejo perfil humano.
Pero esta obra, potente y ambiciosa, supone mucho más, en general en el ámbito narrativo y, en especial en el género de la novela histórica.
Vamos por partes:
En la corte del lobo, no es , en primer lugar, una novela arqueológica, es decir, no existen aspectos decorativos ni análisis sociales; apenas posee descripciones más allá de aquellas reducidas que son necesarias para avanzar en la historia.
Sorprendentemente, tampoco es una novela política, dado que no profundiza en razones o consecuencias.
En la corte del lobo es, fundamentalmente una novela psicológica. Lo importante es el interior, narrar la parte humana de cada uno de los personajes involucrados, sin renunciar a su complejidad, y los sucesos se presentan desde el comportamiento de estos seres, de sus anhelos, sus miedos y sus ambiciones. La autora parece pensar que al final, los grandes giros de la historia, responden verdaderamente a actitudes individuales; a mi me convence.
Así, llama la atención que los diálogos, un recurso poco utilizado en las novelas serias del género, se convierte aquí en herramienta fundamental.
Por supuesto, nos encontramos ante uno de los ejemplos rigurosos del género, no de una muestra de esas que últimamente tanto abundan, en las que la historia es sólo la excusa . Aquí existe una labor clara de investigación que soporta un contenido donde puede existir algún nivel de suposición, pero no anacronismos o aspectos sensacionalistas.
Además, Mantel es capaz de manejar un número enorme de personajes y de acciones, sin que en ningún momento le tiemble el pulso ni se pierda ritmo, ni permitiendo rincones que suenen a paja. Todo el contenido es relevante para construir el andamiaje de la historia. Una capacidad de maestro, de malabarista capaz de mantener doscientas pelotas en el aire.
Pero para mi,  personalmente, el mayor valor de esta novela, es su fluidez dentro de la densidad de palabra, de fondo y forma, elaborada de una forma sutil, continua; hay un momento en que uno de los personajes le dice a Cromwell " no sé decir como ha llegado hasta aquí", y lo mismo me pasa con la obra: no sé muy bien como, pero avanzo sin esfuerzos a través de una narración que no es fácil pero sí apasionante siempre y que tengo la sensación de que no soy yo quien estoy leyendo, sino una corriente que me lleva por sus páginas, de inicio al final.
En la corte del lobo es la primera de una trilogía centrada en ese personaje, de las que la segunda ya se ha publicado y ha sido recogida con el mismo éxito que esta. Posiblemente pueda parecer exagerado, pero creo que nos encontramos ante un cuerpo narrativo de la misma ambición y logros, que en su día supuso Los Reyes Malditos, una excelente oportunidad para reconciliarse con un género que en demasiadas ocasiones nos ha dado gato por liebre.

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