NOVELA: MEDUSA de Ricardo Menéndez Salmón

Seix Barral
Biblioteca Breve
152 páginas

Me cuesta encontrar el tono para hablar de esta obra singular y perfecta.
Querría , como el narrador ( si narración puede llamarse a esta crónica ), alcanzar la simbiosis que el autor alcanza con lo que cuenta.
Un hombre que mira.
La impunidad de su mirada , ajena a todo sentimiento.
Y un hombre que nos lo cuenta.
Casi con la misma frialdad , aunque en la lucidez de su análisis , asome muchas veces un desconcierto patente, no dubitativo, sino reconocedor de la dificultad, por no decir imposibilidad , de atrapar el alma de un ser humano.
Entre el Mito y la Historia.
Estas páginas nos trasladan de una forma casi en muchas ocasiones enunciativas , la vida y obra de un hombre que decidió ser testigo del horror del siglo XX, desde la Alemania Nazi hasta Hiroshima.
No hay comprensión , y se parte de la idea de que esa comprensión no va ser posible.
Sí, existen atisbos , episodios como la muerte de su hijo o la historia de amor, que nos recuerdan que bajo ese personaje hay un ser humano, pero nada más.
La sabiduría del autor está en ser capaz de navegar al nivel decidido sin perderse en ningún momento, sin buscar ningún efecto, haciéndonos entrar en el desarrollo de la historia sin que apenas nos demos cuenta.
Repito: me parece que existe un compromiso absoluto entre escritor y escrito, si uno se limita a mirar , a contar con imágenes, el otro se limita a escribir, a contar con palabras . Dos formas de poner la realidad ante aquel que se atreva a conocerla.
Una vez más , como ocurría en su anterior novela publicada La Noche Feroz , ese cuento barroco y cruel tan diferente , la novela es breve ; no hace falta más; el resto serían excesos que no son necesarios ante la precisión.
Sí, una estructura trabajada y precisa, que remita desde cada episodio al siguiente , que introduzca y sitúe.
Y el contenido, en este caso, es terrible en su análisis del mal, porque es capaz de despojarlo de todo vestigio emocional para dotarlo de una indiferencia que lo hace mucho más cruel, más peligroso, menos capaz de percibir respuestas o peticiones de clemencia.
Capaz de conjugar el mal furioso de una plaga de muerte y destrucción con el mal pequeño, ridículo, de las pequeñas mediocridades familiares pero que posiblemente sean el huevo de la serpiente e igualmente destructivo.
Un epílogo feroz, inolvidable, tan contundente como todas y cada una de las páginas , nos deja sin aliento, porque nos recuerda que , aquellos que conocieron de verdad el mal, que fueron capaces sin miedo de sumergirse en su esencia , saben donde se encuentra , de donde surge, cual es su causa.
Mejor no recordarlo.
O no olvidarlo.
No lo sé.

Público

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