CINE: AMOR BAJO EL ESPINO BLANCO de Zhang Yimou

China 2010
Zhou Dongyu. Shawn Dou

Lejos ya los tiempos en que cada uno de sus estrenos tenía carácter de acontecimiento, la filmografía de Yiimou resiste el juego de agruparla por bloques, algunos en apariencia dispares.
Por un lado están sus primeras cintas, empeñadas en trasladar con rigor diferentes épocas de la historia de su país ( Sorgo Rojo, La Linterna Roja, La Joya de Shanghai ...) ; luego la trilogía de artes marciales que tanto éxito le reportó en EEUU ( Heroe, La Casa de las Dagas Voladoras, La Maldición de la Flor Dorada ); ambos casos los considero reflejos de como contar la Historia: desde la leyenda o desde lo enciclopédico.  
Un tercer grupo, lo componen las pequeñas historias hiperrealistas que podrían remitir a un Sorín oriental, muy valoradas y llenas de sensibilidad, especialmente Camino a Casa y, la para mi mejor de toda su obra, Ni Uno Menos.
De todas maneras, hacía tiempo que teníamos la sensación de que se había perdido, y algunos rozamos el pánico ante la bobada de su remake de Sangre Fácil.
Ahora regresa con una película que ha conseguido cierta unanimidad positiva. Y lo cierto es que contiene aspectos del mejor Yimou.
Sin embargo, no estoy de acuerdo con ciertos artículos que lo remiten a su cine más rural: creo que simplemente hay coincidencias de parajes en el inicio, pero la caligrafía es mucho más elaborada, muy alejada de la sencillez visual de aquellas.
De hecho, me da la sensación de que el director ha decidido remitir su firma de autoría a la forma de narrar en lo que se refiere a la elección de imágenes , más que al estilo . ´
Por lo que se refiere al poso de la Historia, hasta ahora siempre presente en su portfolio, creo que es aquí, simplemente , un fondo donde encuadrar lo realmente importante que es la historia de amor, pero realmente no se profundiza en la crítica y hay cierta huida del localismo.
Así, Amor bajo el espino blanco, es una película muy universal; podría compararse en principio con cualquier historia de amor trágica en circunstancias adversas.
La diferencia, lo que hace que su director no sea uno más, es sin duda la sensibilidad, elegir , como decía antes, las mejores escenas para contar, la delicadeza con la que consigue que la cinta fluya con total agilidad plagada de detalles.Esos planos donde las manos intercambian y en el que las manos se rozan por primera vez, esas miradas...
Quizás si tuviese que poner alguna pega, esta sería que es difícil alcanzar en un entorno urbano la belleza de las primeras imágenes en el pueblo, o que lo mejor de la película es la serenidad del nacimiento de la relación, y tal vez la contención no siempre se comprenda.. Pero queda una hermosa historia llena de sentimientos y que, desde la mirada limpia de sus protagonistas transmite siempre sinceridad.
Después de este film, Yiimou se ha embarcado de nuevo en la Historia y en el modelo superproducción y, según la crítica, no ha acertado, una pena. En cualquier caso, este espino blanco sirve para recordarnos que cuando quiere puede.

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