CINE: LOS NIÑOS SALVAJES de Patricia Ferreira

España 2012
Marina Comas. Alex Monner. Albert Baró. Aina Clotet. Jose Luis García Pérez. Francesc Orella. Clara Segura. Marc Rodríguez. Montse Germán. Ana Fernández. Enma Vilarasau. Eduardo Velasco

Desde "Rebelde Sin Causa", las películas de jóvenes desaraigados y en conflicto generacional con sus primogenitores, se han convertido casi en un género. Cambia el momento histórico pero existen muchos lugares comunes , principalmente la falta de entendimiento entre jóvenes y adultos, así como las relaciones de amistad entre estos últimos conformando un lugar de reposo sustitutivo a la familia, pero que al no tener sus columnas, muchas veces deviene en inútil a la hora de evitar conflictos.
El punto de partida de Patricia Ferreira es el mismo, con lo cual no es difícil que ,en ocasiones, esta atractiva película nos suene a vista.
Sin embargo, existen algunos puntos relevantes que la hacen diferente:
En primer lugar los niveles de desaraigo y conflicto. Los tres jóvenes protagonistas no parecen muy diferentes del resto de sus compañeros/ compañeras de instituto. Tampoco sus relaciones familiares son excesivamente conflictivas; no tienen ninguno de ellos padres modélicos, pero tampoco muy diferentes de lo que podemos encontrar en el entorno cotidiano, y por supuesto, no unos creadores de traumas. En definitiva, uno de los aciertos de su directora es no cargar las tintas en ningún polo, de hecho el alcohol o las drogas aparecen pero no tienen un papel protagónico en la historia.
En segundo lugar, el guión, excelente, esta estructurado como un thriller. No en vano, fue ese el género con el que se estrenó su directora. No existen excesos estructurales, pero sí un andamiaje suficiente para mantener la tensión y dar a cada nuevo plano cierto nivel de descubrimiento.
Con esos mimbres, la sensibilidad de Ferreira es capaz de generar emoción, apoyándose en unos personajes a los que siempre mira de cerca y a los que nunca juzga sino más bien intenta comprender; a ello sin duda colaboran una colección de intérpretes que están perfectos en todo momento, tanto los tres protagonistas como como cualquiera con sólo una frase. Así hay momentos tan irrepetibles como la noche en la playa, cualquiera de las escenas de Ana Fernández o el final de la pelea inicial.
Patricia Ferreira no ofrece respuestas, pero tampoco hace nuevas preguntas. Es difícil por lo tanto afrontar esta historia. Quizás nos debe de servir, entre otras cosas, para ser consciente de lo fácil que es que la violencia surja en cualquier momento o intentar comprender lo complejo que es el amor y lo sencillo que es equivocarse.
En varias críticas he leído cierta sorpresa sobre la reacción final. Sin embargo, en una entrevista con su directora, esta nos informa de que esa es precisamente la parte real de la película, sacada de una noticia en un periódico.
A veces, lamentablemente, la realidad supera al arte.

Público

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