RELATOS: TRILOGIA DE LA GUERRA CIVIL de Juan Eduardo Zúñiga

Galaxia Gutenberg.
Círculo de Lectores
402 páginas
Incluye:
Largo noviembre en Mdrid
Capital de la gloria
La Tierra será un paraíso

Nos encontramos ante una obra grande, muy grande, posiblemente una de las más importantes que se han escrito sobre la Guerra Civil Española.
Son tres colecciones de relatos que multiplican acciones, sentimientos y personajes hasta crear un fresco enorme, inabarcable, de los perdedores.
El autor define desde el principio el valor de la memoria en la traslación a palabras de este mosaico, y tengo que decir que es también desde  la memoria desde donde se puede conservar, en el carácter que esta habilidad humana tiene de difusa, de eliminar los lindes, de mezclar datos y sensaciones; tal es la riqueza de la propuesta que no puedo percibir su poso de otra forma más concreta, sino mezclando vivencias, recuerdos, recodos y caminos.
Pero sobre todo, existe una sensación de alma dolorosa que recorre todas sus páginas.
El primer libro es el que está más cerca del sueño, del apunte, tan rico y tan sutil que hay que agarrar las palabras para no desorientarse y ser capaz de percibir cada uno de los cuadros que se nos presentan, y que, a través del elemento humano, muestran las postales de una ciudad sitiada, donde como parte del paisaje se crían mezquindades y heroísmos, retazos de piezas negras de venganza, búsquedas para comprender y sobre todo roturas.
La segunda parte es posiblemente la más convencional, sin que pretenda con ello nada peyorativo. Los relatos ganan en longitud y en concreción,  cada uno de ellos posiblemente susceptibles de conformar una novela, y es en esta condensación donde también radica gran parte de la generosidad de su autor. Son cuentos de personas, de primeros planos. Relatos donde se prevé la derrota pero no por ello declaran vencidos. Que tristeza en el cuento que cierra el conjunto, el del niño acudiendo con su madre a la escuela.
En el tercer grupo, nos encontramos con las propuestas más complejas. Desde la pérdida  existe el duro presente y el recuerdo. La memoria es casi una amenaza, y los textos aparecen abigarrados, como esos solitarios que anhelan apretarse para combatir la soledad y el frío.
La escritura de Zúñiga es compleja, difícil y totalmente evocadora. Literatura en estado puro pero al servicio de la realidad.
Por supuesto que puede achacarse la visión de un sólo bando, la selección sesgada. Pero no hay narración de la historia, cuando se quiere verdad, que no tenga algo de subjetivo.
Lo importante en el mensaje del autor es el horror y la inutilidad , y desde esa memoria difusa, o el recuerdo de esta crónica, comprometernos en cuerpo y alma para que una verdad como esta no se repita jamás.

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