RELATOS: PULSO de Julian Barnes

Anagrama
258 páginas

Hace ya tiempo, y generalmente de la mano de Anagrama, fueron llegando una generación de novelistas británicos que, de forma continua , iban publicando con una periodicidad digna del cine de Woody Allen.
Me estoy refiriendo a gente como Amis, Iziguro, Kureishi, Mc Ewan y Barnes. Poco a poco los dos primeros , se fueron alejando en objetivos más rompedores, buscando otros caminos ( uno acertando, otro no tanto, adivina adivinanza... ); Kureishi siguió poniendo su alma en páginas y se arrinconó en la soledad, y sólo los dos últimos parecen conservar su ritmo de citas.
También me da la sensación de que conservan ciertas características comunes que , en un inicio , los acercaban bastante unos a otros: la serenidad narrativa, un ritmo casi chejoviano, la capacidad de observación y un delicado análisis psicológico que tenía generalmente como paisaje las relaciones humanas.
Creo que el hecho de que fuesen británicos, les otorga también cierta facilidad para sumergirse en la historia cuando hace falta , y un sentido del humor delicado.
Ahora Barnes vuelve con un libro de relatos.
Dividido en dos partes, la primera centra sus prosas en las relaciones a dos , amistad , amor o lo que lo sustituya . Y lo hace con sus mejores artes , siendo capaz de condensar en pequeñas recoleciones de acciones más o menos intrascendentes , las dificultades de conocer al otro o, quizás siendo más preciso, las dificultades del otro ( o de uno ) de convertirse y reconocerse en una entidad inmutable y , por lo tanto ,susceptible de análisis. Todo ello trufado por varias conversaciones entre un grupo de pseudointelectuales, en un conjunto de diálogos donde es fácil reconocer el camino que ha pretendido recorrer la moderna civilización en su afán de serlo ( moderna y civilización ) y escritos con la pericia de un Mamet.
La segunda parte es más libre en el sentido de que no parece existir un nexo común , quizás un amor más sincero y entregado, menos necesitado de andamiajes , pero tal vez esta sea una determinación artificial por mi parte . Y aquí Barnes navega desde la actualidad a la historia ( recuerdo Arthur Y George como una de sus mejores obras ), y el recuerdo. En este caso, sus cuentos son verdaderas novelas por la amplitud afrontada , y es difícil no destacar la ternura y la sensibilidad de la última, la que da título al conjunto.
En resumen, en Pulso, podemos encontrarnos con el mejor Barnes ; ya he hablado de su serenidad, su humor , no sé si he dicho algo de su capacidad narrativa y de la elegancia de su prosa. Pero sobre todo, encontramos a un autor capaz de crear continuos espejos en los que es muy fácil encontrar alguno que nos refleje.

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