NOVELA: EL CARTOGRAFO DE LISBOA de Erik Orsenna

Tusquets
326 páginas

Hay muchas formas de aproximarse a la historia dentro del género novelístico, y a Orsenna hay que reconocerle muchos méritos : por un lado elegir narrar una epopeya tan conocida como el Descubrimiento de América desde un personaje generalmente poco tratado como Bartolomé, el hermano de Cristobal Colón, y en un escenario habitualmente desconocido como su vida previa como cartógrafo en Lisboa; desde ese centro, se extiende, se multiplica, se bifurca, en realidades y sueños, en historias y leyendas, en personajes reales y otros que sólo pueden pertenecer a la imaginación o a los cuentos.
Y lo hace con una calidad literaria extrema, con un lenguaje hermosísimo, totalmente sugerente, evocador, capaz de trasladarnos a esos lugares y de , al mismo tiempo, describirnos a la perfección, no sólo el entorno, sino también sus circunstancias sociales, sus motivos y sus consecuencias.
Orsenna muestra una documentación brutal, es capaz de condensarla en un volumen con un número de páginas menor a lo que otros utilizarían para esta cantidad de información, pero sobre todo, la transforma en un estilo narrativo que, apostando por lo poético, nunca pierde la cercanía.
Estos son los méritos de El Cartógrafo De Lisboa, y son muchos, suficientes para convertir su lectura en una interesante y disfrutable experiencia.
Sin embargo, también existe alguna pega.
La menor es que en su parte central existe cierta pérdida de dirección que convierte sus viajes desde la memoria en algo circular, pero no es importante.
La que más me molesta, por todo lo que me gusta de este libro es su falta de foco: comienza como una confesión a Fray Bartolomé de las Casas intentando explicar el porqué de la crueldad de los conquistadores con los indios, sin embargo, la narración se centra en algo tan atractivo como la búsqueda de conocimiento y el afán; los capítulos al nuevo territorio son mínimos y, como para retomar la propuesta de partida, al final se recuperan imágenes de una dureza insólita. El personaje del domínico, motivador en principio de la narración, me parece innecesario, también el punto de partida.
Pero en fin, hay mucho que descubrir en este Cartógrafo, lugares y épocas que desconocía y cuentos que me ha gustado escuchar, y , sobre todo, una preciosa explicación del afán de aventura, de la necesidad de nuevos horizontes, de los anhelos de los hombres de mar.
Y otra forma de contar y de ver la Historia

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