CINE: LA MUJER DE NEGRO de James Watkins

UK. 2012
Daniel Radcliffe. Ciaran Hidds. Jane McTerr

Creo que uno de los méritos más grandes de cierto tipo de cine clásico era lo que te hacía sentir ( hay otro cine que te hace pensar, pero no es el momento), los grandes melodramas, las aventuras interminables y, como no, el cine de miedo.
En este último caso, soy un fan del gótico ( no me refiero a las hijas de ningún presidente de gobierno, ni a mamarrachadas estéticas similares, sino al género ) que en literatura cultivaron maestros como Wilkie Collins ( adorado Collins ) y en cine, las producciones de la Hammer.
Supongo que habré crecido y perdido capacidad de sorpresa, pero dudo que vuelva a temblar igual que lo hice con aquellos Dráculas, Hombres Lobos y demás bestias en blanco, negro y gris.
Por todo ello, cuando lo que he sentido posteriormente en muchas ocasiones ha sido más asco que miedo, me encanta, como punto de partida, encontrarme ante un producto de apariencia tan clásica. Un cuento de fantasmas donde los sustos no están en la articulación de efectos especiales sino en inesperadas presencias.
Lo mejor de La Mujer De Negro es la atmósfera, y es que huele a película de toda la vida. Y lo cierto es que además, tengo que reconocer que en más de una ocasión consiguió los dos efectos más valiosos del género: que saltase en la butaca y que tuviese que hacer esfuerzos para no taparme los ojos pensando en la escena siguiente.
Posiblemente el argumento no sea demasiado sofisticado pero la tensión se dosifica estupendamente, se sigue bien y huye absolutamente de cualquier exceso hacia su final, un poquito precipitado.
Una lóbrega mansión, una maldición terrible, un fantasma oscuro. Lo cierto es que no hace falta más para ponerle a uno los pelos de punta. Viendo esto no puedo dejar de pensar en el derroche absurdo de todas esas producciones que gastan en monstruos y sangre seguramente más de lo que cuesta toda esta película. Menudo despilfarro con los tiempos que corren.

Público

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