CINE: EL HAVRE de Aki Kaurismaki

Finlandia 2011
Jean Pierre Leaud. Kati Outinen. Jean Pierre Darroussin. Andre Wilms. Evelyne Didi. Elina Salo. Blondin Miguel

Ahora que The Artist ( que ganas de verla ) ha vuelto a hacer asequible al gran público el cine mudo, viene muy a cuento recordar un comentario que en su día hice sobre Nubes Pasajeras: el cine de Kaurismaki podría funcionar muy bien sin voz, sólo con sus imágenes, y no perdernos en la trama.
Ello se debe fundamentalmente a la sencillez de sus propuestas y de la forma de contarlas, así como a la claridad con las que se dibujan sus personajes. Teniendo en cuenta por otro lado la trascendencia de los temas que se tratan, sólo podemos definir esta alquimia como sabiduría.
Y es que en las películas de este director, se habla, desde hace mucho tiempo, de problemas como el paro, el desarraigo, la inmigración, las desigualdades sociales. Sin ningún tipo de tremendismo impostado, sin victimismos ni dramas, pero también sin ningún asomo de frivolidad.
Porque Kaurismaki da voz a los más necesitados, pero al mismo tiempo, los envuelve en un abrazo compuesto de humor y ternura.
En este caso, abandona su frío paisaje finlandés para trasladarse a la ciudad francesa portuaria de El Havre, algo que otorga cierta calidez añadida a la narración. Además, no sólo hace un hermoso ejercicio de solidaridad, sino que convierte en héroes a sus personajes, a todos los que ocupan un espacio en pantalla ( salvo a un malo breve ) , haciéndolos partícipes de la hazaña, aunque el centro de la odisea está en la mirada de su protagonista, un hombre lleno de amor, un niño grande, un caballero con pasado... en fin, como todos.
Pero además, y no me consta que hubiese estado antes presente, Kaurismaki roza la magia o el milagro, con lo que la película se acerca al cuento de hadas, donde el amor y las buenas acciones obtienen siempre su recompensa.
En los tiempos que corren, donde la educación ha dejado muchas veces de centrarse en valores para hacerlo en cosas, es fantástico recibir una propuesta que nos recuerda que, en el interior de cada ser humano, hay un corazón que siempre será capaz de lo más grande.

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