CINE: EL NIÑO DE LA BICICLETA de Jean Pierre y Luc Dardenne

Bélgica/Francia. 2011
Cecile de France. Thomas Doret. Jeremie Renier. Olivier Gourmet.

Los Dardenne son , en sus películas que conozco, maestros en mostrar los recodos más oscuros de este vieja Europa, con una pureza narrativa, una limpieza , que parece limitarse a un documental.
Con ellos hemos compartido la preocupación por un empleo precario, la irresponsabilidad de una juventud sin horizontes y atrapada en las necesidades materiales, el tráfico de personas...
Ahora le toca el turno a la infancia, y , como en un actualizado Guardián en el Centeno, los adultos salen por lo general bastante mal parados, lo que deja a esa edad tan frágil a merced de ... ¿ de que ?.
Esta vez, de todas maneras, tengo la sensación de que la decisión es un poco más "involucrada" desde el punto de vista narrativo que en otras ocasiones: así, la historis de Cyril, parte de personajes de los cuentos que, posiblemente , a él nunca le hayan contado; si el muchacho puede ser un desconcertado Pinocho, no hay duda de que existe el Hada Azul en Samantha, esa peluquera cuya capacidad para el bien parece infinita, y por supuesto, los gamberros dispuestos a llevárselo al país de los caramelos.
En ese marco, los choques, como el encuentro con su padre o la huida nocturna del protagonista, frente a la resistencia de su tutora, resultan todavía más devastadores. Pero aun así, se le ha otorgado al conjunto cierta luz que debe de ser la esperanza.
No sé si este ligero cambio manipula algo el mensaje; aunque El Niño de La Bicicleta me gusta mucho, no percibo la absoluta pureza que se convertía en intensidad en El Niño. Pero como cualquier película de esta pareja de autores, lo que ponen encima de la mesa es una invitación a pensar , a enfrentarnos a la realidad, nunca edulcorada pero también alejada de todo morbo, y ese equilibrio es muy difícil de conseguir.
Sólo cuatro apuntes musicales, les bastan a sus autores para elevar la trascendencia de su historia y, sobre todo, para que los hechos y las imágenes se pregnen del sentimiento.
Y finalmente tenemos la sensación, al terminar la cinta, de que Cyril, aunque duro, tiene futuro, ya es mucho más de lo que poseía al principio.

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