NOVELA: EL CUARTETO DE WHITECHAPEL de Daniel Sánchez Pardos



Ediciones del Viento

388 páginas


Dos consideraciones previas:

La primera, citar el placer que me produce descubrir un libro alejado de los circuitos más populares de difusión y las, muchas veces inexplicables, listas de libros más vendidos. Todo suele comenzar, creo que ya lo he comentado alguna vez, en las páginas de diferentes suplementos culturales; tras memorizarlo, buscarlo en la Casa del Libro, y luego, comenzar la lectura... Cuando, como en este caso, me llena, me sorprende, me aporta, me siento colmado, como si mi búsqueda me hubiese hecho merecedor de un placer que era fácil perderse. En fin, creo que debemos de llenar nuestro entorno cotidiano de pequeñas alegrías, esta es una de las mías.

La segunda consideración es sobre uno de los pseudo persoonajes de esta novela : Borges; no soy buen lector de Borges y tengo la teoría ( lo siento, sé que a muchos les sonara herético ) de que es más válido como personaje literario que como autor, es decir, lo que no consigue atraerme su obra, si lo consiguen otras bajo el adjetivo de borgiano o las referencias a lo cabalistico de su pluma, tan citadas en piezas en principio inspiradas por él.

Entrando ya en la obra que nos ocupa, decir, como punto de partida, que, enmarcada dentro del género negro inglés ( logrado si tenemos en cuenta que su autor ha nacido en Barcelona ) con su mezcla habitual entre el policiaco y el horror, absorbe lo mejor del gótico y lo adorna con toques que lo singularizan acercándolo por momentos al absurdo.

Además, dentro de una propuesta tremendamente ambiciosa, Sánchez Pardos, también se permite un desarrollo conceptual alrededor del mundo del arte , perfectamente claro en su planteamiento y absolutamente original.

Es mucho pero encaja a la perfección. Podríamos discutir si lo que debe de hacer un thriller es generar tensión o conseguir una resolución redonda; en este caso, sé que puede hacer crítica, no mías, sobre lo último, pero, lo que nadie podrá negar, es que durante sus más de 350 páginas es difícil no estar permanentemente en vilo.

Comenzaba hablando de mis descubrimientos y el gozo que me producían; si además desde aquí consigo que alguien más llegue a la misma situación, se habrá cerrado el círculo, y devolveré un poco del inmenso placer que me ha producido esta brutal , apasionante y arriesgada novela.

Sí, Beni, lo de siempre: me gustaría haberla escrito yo.


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