OPERA: OTRA VUELTA DE TUERCA de Benjamin Britten

Teatro Real de Madrid
Director musical: Josep Pons
Director de escena : David McVicar
Emma Bell. John Mark Ainsley. Marie McLaughlin. Jacob Ramsay Patel. Nazan Friket. Daniela Sindram
Lo que voy a decir puede ser una chorrada ( máxime teniendo en cuenta que no soy un experto ni en ópera ni en Britten ) , pero tengo la sensación de que las obras de este autor, musicalmente hablando, están hechas para ser vistas más que oidas. Me explico que noto que vamos mal: frente a otras óperas que sirven de banda sonora para cualquier cosa, las partituras de Britten me parecen caligráficas y dotadas de un aliento narrativo que las hace magníficas cuando se escuchan en la representación de la historia.
No sé si lo he dejado muy claro, pero bueno, supongo que no es muy importante.
En el fondo lo que quiero decir es que escuchar un cd de Britten no tiene nada que ver con disfrutarlo en escena, unida a la representación teatral.
Bien. Siguiendo en la misma línea, tengo que decir que la música de Otra Vuelta de Tuerca , me ha parecido preciosa, hipnótica, absolutamente sugerente y evocadora, capaz de servir totalmente a la creación de la atmósfera turbia y de las complejas relaciones de esta tétrica historia.
Avanzando, creo que también el libreto merece consideración especial: mi recuerdo de la novela de Henry James es la de una historia de fantasmas suceptible de ser percibida como una evocación interior de un personaje traumatizado; en este caso, los fantasmas adquieren cuerpo y, aunque el prólogo deja siempre abierta la opción antes citada, la narración se abre a otras posibilidades donde también los espectros parecen adquirir caracter de víctimas; además, pienso que el nivel de perversión sugerido en este caso es mayor, la confusión de donde se encuentra realmente la inocencia parece recorrer toda la trama ; con ello, creo que la traslación es perfecta y que incluso la enriquece, generando infinidad de aristas y sin perderse en la intención de ofrecer ningún tipo de claridad . En definitiva creo que está muy por encima de lo que habitualmente es el libreto de una ópera.
Cualquier interpretación es válida, lo que se nos ofrece es una especie de conjunto de espejos deformados que parecen rebotar unos en los otros.
Y dentro de esto , es ya necesario hablar de la propuesta teatral de McVicar, y en ese sentido tengo que decir que, si bien no aporta nada nuevo, cumple perfectamente con el objetivo de servir a la narración, hacerla fluida, y crear movimiento. Todo ello creando cuadros de una belleza oscura llena de sombras y reflejos, gracias entre otras cosas a una delicada iluminación.
Quizás podría echarse en falta un poco más de fuerza, entre otras en la escena final, pero la representación que se ofrece en el Real de este cuento oscuro es una excelente muestra de ópera de cámara.
En definitiva, mi primera incursión en la era Mortier, me hace albergar estupendas expectativas. Que se cumplan.

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