NOVELA: EL SUEÑO DEL CELTA de Mario Vargas Llosa


Editorial Alfaguara
445 páginas

Hace pocos días que nos alegrábamos por la concesión del Nobel de Literatura a Vargas Llosa, y con ese motivo, recordaba su capacidad de narrador, su vocación de contador de historias y su dominio de las estructuras para englobar la suma de perspectivas.
En este caso, se adentra en la Historia a través de un personaje complejo, Roger Casement, que fue un importante elemento en la denuncia de las atrocidades de la conolización en el Congo, involucrado también en las estaciones de recolección de caucho en el Amazonas, y que finalmente fue condenado a muerte por su participación en las revueltas nacionalistas irlandesas.
La investigación ha sido sin duda prolija: cada una de las tres partes , está profusamente documentada, tanto en lo que se refiere a personas como a sucesos.
No hay nada que decir por tanto con respecto a la faceta de crónica, tampoco por supuesto a lo que es propiamente la escritura y mucho menos a su estructura, a su capacidad de saltar del presente al pasado, de un lugar a otro y de un suceso en un continente a la sordidez de una celda.
Mi problema con El Sueño del Celta es de fondo, y es que creo que , en el caso de esta novela, echo de menos al fabulador, al escritor alquímico que asoma en tantas de las obras de Llosa, el que es capaz de fundir fondo y forma en una amalgama perfecta que no nos hace avanzar sino que nos lleva de la mano hasta su conclusión.
Aquí me falta algo desde el inicio: no encajo el fondo del personaje , sus intenciones, su interior, con los diferentes episodios de su vida, creo que la vinculación que intenta poner cierto orden en los porques , es un poco artificial y se queda en la superficie, y lamentablemente tengo la sensación de que también la complejidad del protagonista se despacha de forma simple , sin profundizar.
El material me parece de una gran riqueza pero creo que hay un exceso en datos y una carencia en pasión.
Me gustaría sentirme más cerca de este soldado de la justicia, saber algo más de los orígenes que lo vinculaban al nacionalismo y su necesidad de cariño, su soledad, el dolor de su diferencia.
En cambio, sigue siendo para mi un misterio.
Creo que El Sueño del Celta es un trabajo esforzado, comprometido, pero siento que, desde el inicio, no encuentra el tono adecuado.
O tal vez... sea mi problema. He leido críticas excelentes. Me habría gustado poder hacer lo mismo. Vargas Llosa me parece un incontestable. Quizás por ello le exija siempre demasiado.
No me hagais caso ¿vale?

Público

Comentarios

lucía ha dicho que…
Suscribo al 100x100 tu critica. Juanqfl