CINE: TODO LO QUE TU QUIERAS de Achero Mañas


España 2010
Juan Diego Botto. Jose Luis Gómez. Nawja Nimri. Pedro Alonso. Ana Risueño y la niña Lucía Fernández.
Una de las mayores satisfacciones que me dieron nuestros Premios Goya fue cuando El Bola se llevó el correspondiente a la mejor película, era una obra pequeña pero honesta, valiente y perfecta que se me había clavado desde la primera vez que la vi.
Noviembre no obtuvo el mismo reconocimiento y sin embargo a mi me fascinó su lenguaje, su capacidad de convertir en Historia tiempos tan cercanos y Oscar Jaenada, así como la frescura y el descaro general de todo el reparto.
He estado a punto de perderme Todo lo Que Tu Quieras, la he pillado en una sesión alterna en los Princesa, y habría sido, además de una infidelidad por mi parte, una triste pérdida.
No creo que en esta ocasión el conjunto sea tan redondo como en las ocasiones anteriores, pero al mismo tiempo, pienso que hay una mayor madurez y una sensibilidad más certera.
Veo dos planos claramente diferenciados:
El drama intimista de amor, de ese padre que sufre una pérdida irreparable y busca cualquier medio para hacer feliz a quien más quiere en el mundo; me conmueven continuamente las soledades de esos dos personajes que comparten tantos pequeños detalles con una ausencia; no puedo evitar enamorarme de su relación, entenderlos, quererlos.
Luego está el exterior, cuando Leo decide llevar al límite su entrega . De aquí surgen algunos momentos grotestos, asumibles como una fábula; sin duda sirven para enunciar distintos temas que el autor quiere dejar sobre la mesa: la intolerancia, el cambio de roles familiares, el papel del padre... y quizás eso pese.
En cual quier caso no molesta y supone mucha valentía.
Y todo es más creible si tenemos la suerte de contar con una interpretación absolutamente matizada de Juan Diego Botto y los ojos y la sonrisa de ese angelito que es Lucía Fernández, ambos muy bien acompañados por el resto del reparto.
Prefiero con mucho esta película irregular que muchas cintas perfectas, me llena en muchos momentos, y sólo espero que las sirenas que escuchamos antes de los títulos finales no vengan a por Leo y Dafne, ellos se merecen más que nadie un final feliz : saben querese sin condiciones.
Público

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