NOVELA: EL AMOR VERDADERO de Jose María Guelbenzu



Editorial Siruela
Nuevos Tiempos
580 páginas

¿ Hay algo más antiguo, más clásico, que una larga historia de amor ?
Eso es lo que nos promete y nos propone esta novela de Guelbenzu, narrador para mi hasta ahora desconocido como tal. Sin embargo, me ha costado mucho plantearme y estructurar esta entrada, precisamente por la riqueza de experiencias de fondo y forma con que nos encontramos en esta excelente obra.
Finalmente, como se puede ver, he optado por trasladar con sinceridad las dificultades planteadas y, a partir de aquí, de la forma más ordenada posible, intentar enumerar todos sus valores.
Por un lado, para comenzar por el propio título, citemos su condición, su vocación de clásico, de, ya lo hemos dicho al inicio, larga novela de amor, con un planteamiento claramente literario, desde su inicio en la cuna de una leyenda, a la presencia del narrador en tercera persona, sin olvidar maravillosos momentos y personajes que nos acercan a un Max Estrella, a un Lazarillo algo desengañado o, porque no, a las letras más nocturnas de Sabina.
Pero avanzando, el autor enriquece su propuesta otorgándole una libertad totalmente vinculada a la necesidad de contar, y así aparecen diferentes perspectivas, puntos de vista complementarios con personalidad propia , que mezclan la información con el diálogo, el análisis con la narración, todo ello para otorgarle al conjunto una gran fluidez.
Lo anterior, damos un paso más, permite que la anécdota se amplie desde lo particular a lo general , y así la novela se convierte en una crónica precisa de una generación que nació en la postguerra y se encontró con la libertad . Para ello, el autor es capaz de crear, alrededor de los protagonistas, una perfecta y variada colección de personajes que dan una perspectiva plural y amplia de la vida de una país que nacía a la democracia, unos personajes que se encontraron convertidos en los protagonistas de la Historia.
Y por último, en algún lugar hay que poner el fin , esta es una novela sobre el tiempo, sobre todo sobre el tiempo interior, y en ese sentido, es toda una experiencia , perfectamente conseguida donde asistimos a la evolución íntima de Clara, Andrés y todos los demás, desde la rabiosa juventud a la serenidad de la madurez; que bien nos traslada su cambio de perspectiva, su nueva visión, su crecimiento paso a paso. Y con ello se nos queda la sensación de que con esta novela hemos hecho un recorrido muy largo.
Guelbenzu habla de la aventura cotidiana, de la maravilla de vivir cada día, y habla del amor como un sentimiento profundo, conocido y voluntario.
Consigue otorgar densidad a sus palabras que no puedo dejar de imaginar absolutamente sinceras y personales ( muy interesante su reflexión sobre la experiencia ) y te deja la sensación de que conviene darle a cada día cierto nivel de reposo.
Es hermoso pensar que un libro puede influirnos, puede enseñarnos algo. En este caso, en mi caso, así es. Otra forma de mirar. Y de amar.
Público

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