Editorial Destino
Ancora & Delfin
345 pàginas
Creo que soy una persona con sentido del humor, es más, me gusta mucho divertirme. La trascendencia como valor frente a la superficialidad de quien consigue nada menos que disfrutar de la vida, me parece una idiotez. Nada tan beneficioso como la alegría.
Pero tengo serios problemas con lo que habitualmente se conoce como literatura de humor: es muy difícil que me haga gracia. No sé porque, le exijo más a la palabra que a la imagen.
Sin embargo, Antón Mallick me ha parecido una novela muy divertida, si señor, y también es al mismo tiempo muy triste. Paradoja. Voy a intentar avanzar.
Anton Mallick, en forma de diario, habla del hombre contemporaneo, de una persona más o menos normal, con un trabajo, amigos, familia, todo más o menos peculiar o más o menos normal. En primera persona, nos elabora un mapa muy rico , de su día a día en general y de su último año en particular. Sin más modernidad que el hecho de ser en hoy y ahora.
Y, aquí viene uno de los mayores logros de este libro, lo hace con un tono de lúcida ironía, de inteligencia ,escepticismo y capacidad de análisis; y desde sus observaciones, se nos va presentando, como en un espejo, un extraordinario personaje principal, un ser doliente pero siempre con capacidad para reirse de si mismo, máxime en los tiempos en que parece atrapado en el laberinto. Un ser capaz de entender que tiene que vivir y que le va a resultar difícil encontrar la forma de hacerlo, pero que en ningún momento desespera de su objetivo. Un hombre, lo sabremos más adelante, capaz de sobrevivir, con mucho más valor que el que el mismo se reconoce.
A partir de ahí se suceden reflexiones y citas sobre la felicidad y el optimismo y multitud de anécdotas alrededor de unas personas que, como todos, los buscan de una forma u otra . Todas narradas con cariño, con el mismo cariño que reciben incluso los personajes que en principio parecen más lejanos a la filosofía del autor, en un catálogo tan apasionante como logrado.
Y también algún misterio y cierto exotismo en el pasado , que me transmiten un aire decimonónico y, ¿ porque no decirlo ? novelero.
Anton Mallick.... me parece una novela excelente, por todo lo que he dicho y también porque camina directa a la emoción. Y cuando lo consigue, el sentimiento es de una pureza y una sinceridad que sólo puede ser cierto, y el lector sólo puede agradecerla y compartirla.
Además, por supuesto, está estupendamente escrita y se citan el Restaurante La Vaca Verónica y la película La Ultima Noche de Spike Lee, dos imperdibles, cada uno en su género.
Espero ver a este descendiente hungaro dentro de poco en las listas de libros más vendidos , y que sea por mucho tiempo. Se lo merece. Y los buscadores de historias también se merecen disfrutar con algo así ¿ o debería de decir los cazadores de luz ?
Público
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