CINE: VINCERE de Marco Bellocchio


Italia. 2009
Giovanna Mezzogiorno. Filippo Timi
Hay una escena al inicio de Vincere que me parece clave para entender el desarrollo de la película : cuando se declara la guerra en Europa , la imagen nos muestra a Mussolini como un titán desnudo , que recorre la penumbra de la habitación hasta asomarse , regio , al balcón . De fondo suena la marcha de Aida y , sobre la pantalla , se impresionan imágenes reales y titulares de prensa .
Vincere está realizada sobre el exceso, como una gran ópera . Y sin duda es un acierto dado que ese tono es perfecto para trasladar la parafernalia del fascismo y la carnalidad de una pasión radical, increible , rozando la locura.
Los documentos reales que impregnan toda la narración son un referente perfecto para demostrar , en cuantas ocasiones , esta es más teatral que cualquier obra de cualquier género.
Para navegar en esta historia de pequeña historia dentro de la Gran Historia , era imprescindible el carisma de los dos personajes centrales , asegurar que fuesen absolutamente creibles .
El perfil del Duce joven , antes de ser absorbido por sus imágenes de archivo, es perfecto en su soberbia , su rabia , su potencia e incluso en su cobardía . Ya lo he dicho antes : es un titán , un semidios capaz de enfrentarse a cualquier peligro con la seguridad , desde la primera escena , de estar llamado a la victoria.
Por su parte Ida Dalser es uno de esos personajes regalo, plural, lleno de matices que la excelente actriz que lo representa consigue trasladar con una mirada sublime y camaleónica . Nunca sabemos si está en el abismo de la locura o es una Casandra , pero es capaz de sostener cualquier posible realidad sin excederse en un papel llamado al exceso.
Entre noticias de prensa , mucho cine y escenas oníricas , son sus primeros planos los que corresponden el nucleo central de este melodrama , unos rostros que parecen siempre no caber en una pantalla que se les queda pequeña.
Posiblemente Vincere sea algo efectista y un poco manipuladora , pero es un gran espectáculo . Como, seguramente, lo ha sido tantas veces la Historia.
Público

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