Hay doss referencias que podemos encontrar en todas las críticas y comentarios de esta larga y excelente película:
Por un lado, una referenciaal género , negro carcelario, es decir, negro negrísimo, y a su capacidad, cuando es bueno, para ser el reflejo de una sociedad. Así, este profeta, nos traslada a una Francia plural y mestiza, donde la emigración, que ha aprendido a vivir mezclando religión y delito, va ocupando un espacio mimético con los roles clásicos más segregacionistas.
En segundo lugar, ya más directamente aplicado a esta cinta, se habla de su sólido pulso narrativo, su capacidad para hacer convivir la violencia exterior con el escaso mundo interior de su personaje central y , sobre todo, contarnos esta historia con una capacidad sorprendente de graduar la información que, a pesar de su caudal, nunca estorba a la fluidez del relato.
Pocos hablan de aquellos pequeños retazos que, de tanto en tanto asoman y que le dan sentido al título. No quiero desvelar más pero , simplemente decir que no creo que la vocación de Audiard sea el fantástico ni la mezcla de géneros; más bien , la ensoñación sirve para singularizar al protagonista y, sin ánimo justificativo, sí dar coherencia a porque un joven en el que no encontramos cualidades especiales, puede llegar a ese final. De este modo , Un Profeta se convierte en un trasunto casi mito lógico de David contra Goliat.
Pero sobre todo, que bien contada está.
Público
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