CINE : LA MUJER SIN PIANO de Javier Rebollo


Podría escribir muchas entradas sobre esta extraña, única y arriesgada película .
Podría hablar y hablar , escuchar otras percepciones , seguro que iba a seguir descubriendo esquinas en una propuesta absolutamente inolvidable.
Podría verla muchas más veces , porque en cada una de ellas vería una película diferente a medida que me iba acercando más a Rosa.
Y con ello, de nuevo, iría pasando por diferentes estados , desde la sorpresa a la incompresión , desde la fascinación a cierto rechazo, desde la cautela a la entrega.
De nuevo recorrería la pequeña odisea nocturna de esta Nora boba y algo patética que , por la magia de una escena de vacío, se convierte en reina , en un personaje único que transfigura toda la narración : lo ocurrido antes y lo que va a ocurrir después.
Y de nuevo me quedaría colgado de ese Madrid nocturno, que puede ser el reverso vulgar de cualquier noche en cualquier ciudad , un paisaje de vacío que permanece, donde los personajes habitan , no sólo Rosa sino cualquiera de los pequeños retazos que seguramente tienen también su historia y que seguramente también es grande dentro de su aportación mínima a este ancho mundo.
Y escrutaría el rostro de Carmen Machi para ser capaz de entender cada gesto, cada deseo, cada pensamiento que , tras conocerla un poco más , sabemos llenos de sabiduría . Su ejercicio de contención refleja una de las mejores interpretaciones vistas en los últimos años.
Seguramente La Mujer sin Piano , tiene mucho de caprichoso, de ejercicio de director , y sobre todo , así lo parece ; pero es un director capaz de crear desde la cotidianiedad escenas tan mágicas como ese sonido de tacones que choca desfigurado en las esquinas de lo que parece ser un pequeño laberinto.
Y llegamos al plano final.
Abierto hasta el punto de hacer que la historia comience donde la película termina.
La Mujer Sin Piano es hermosa , es , ya lo he dicho , única.
Le deseo lo mejor.
Público

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