TEATRO: GLENGARY GLEN ROSS de David Mamet


No soy ,no era, un fan de David Mamet.
Considerado una de las vacas sagradas de la dramaturgia contemporanea , tengo que reconocer que me entuasiasmo su Oleanna , montada hace tiempo por Joaquín Kremel y Blanca Portillo, no me llenó El Búfalo Americano ( leida ; nunca la he visto en las tablas ) y me abochornó un poquito Noviembre.
Admito la contundencia y la agilidad de sus diálogos , su manera de desarrollar las tramas en continuo presente , pero siento, sentía, que el rupturismo que creaba , sumado al hecho de llevar al teatro temáticas y personajes poco habituales en él, no daba para sostener toda una carrera siendo un escritor de culto.
Ayer vi la propuesta de Glengary Glen Ross del Teatro Español, y algo ha empezado a cambiar .
Antes que nada , recalcar que no me parece acertado vincular este estreno a la situación económica actual, supongo que es inevitable pero creo que la obra de Mamet habla de temas , por un lado más universales , pero al mismo tiempo, con un componente histórico que la situa en un contexto muy determinado.
Independientemente del decorado feo feo de las tres primeras escenas y una susurrante música de transición que aun no he entendido, la representación es un acierto desde que llega a la cruda oficina de la firma del t´tulo.
Creo que los valores podrían estar sin duda en una estructura dramática perfecta , en una interpretación de conjunto excelente , pero me decanto por pensar que el éxito de esta aventura está en el ritmo que sabe imponerle su director.
Y es que en una obra con tantos gritos y tantos diálogos pisados , era muy fácil moverse en el histrionismo y el caos y sin embargo pesan mucho más los silencios que las palabras . Desde una sensibilidad inteligente , supongo que medida al milímetro para poder trasladar espontaneidad y vehemencia, cada personaje se mueve y actua siempre desde sus impulsos internos y no desde un texto exterior.
No hay grandes artificios . hay verdad , texto, actores.
Daniel Veronese está sin duda convirtiéndose en uno de los puntos fuertes de la temporada teatral madrileña.
y yo tendré que revisar a Mamet.
Público

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