HAMLET de William Shakespeare / de Tomaz Pandur

De nuevo, el difícil y arrogante escenario del Matadero de Legazpi acoge un clásico, de nuevo Shakespeare, pero que lejos está este Hamlet de aquel Macbeth que comentábamos hace unos meses.
Lo que allí era pérdida aquí es dominio.
Lo que entonces fue aburrimiento, hoy es fascinación.
Vamos por partes:

Identificaba a Pandur como un creador original, arriesgado y de gran potencia visual.
Todos los pronósticos se cumplieron: Hamlet es un espectáculo global, absolutamente absorbente desde el punto de vista sensorial, sus múltiples referencias consiguen llenar la superficie y el espacio sonoro, incluso el aire; hay un movimiento casi continuo con hallazgos tan plurales , y en algún caso tan sencillos, como el juego de los sombreros, las bicicletas o los paraguas, otros rozan lo simbólico como el paseante de espejos y manzanas o el recitativo colgado al revés, pero sobre todo el conjunto es un tapiz múltiple, un palacio de reflejos y habitaciones escondidas, que puede pecar de excesivo pero que sin duda es único.
Un espectáculo absolutamente único.

Y para ello todos los elementos están en conconancia: la iluminación que es como un cuchillo, la música llena de alma cuando traslada tristeza y melancolía y la interpretación con un grupo de actores más conocidos en contenidos muy diferentes pero con capacidad de asumir este reto con potencia y entusiasmo.
Y nota al margen : Blanca Portillo. Excelsa, perfecta, dura cuando agrede, humana y sola cuando duda, estupenda en palabra y gesto. Fuerte. No puedo imaginar a nadie en este papel, no puedo imaginar otro personaje. Corre, salta, boxea, pelea, recita .... sólo ella merece la pena cualquier momento.

Quiero matizar algo, y es que cuando se habla de espectáculos completos parece que se deja de lado la línea narrativa y eso en un Hamlet no sería aceptable. Pandur en ningún momento se olvida que está contando la historia del Principe Danés, y , con una versión limpia y muy bien estructurada, la desarrolla con una claridad sorprendente.
Pero hay algo más , Pandur consigue trasladarnos los sentimientos plurales y confusos que embargan a sus personajes, su furia y sus dudas , sus temores y su derrota, su ansia de venganza y su deseo de olvidar. y con ello, nos traslada a los expectadores continuas sensaciones , y a mi me hace llenarme de piedad , tristeza, odio....

Vuelvo al inicio , este Hamlet es único, Pandur es único, Portillo es única ... ante espectáculos así, creo que la experiencia también será única, irrepetible.

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