DESCUBRIENDO A ROAL DAHL

Hay libros de literatura infantil que deberían ser de lectura obligatoria cada cierto tiempo: retomar cada cinco años La Isla del Tesoro, por ejemplo, sólo puede ser bueno.
Hay musicas que se nos cuelgan y con una u otra piel aparecen en diversos momentos de nuestra vida porque la buscamos.
Hay películas que nos gusta volver a ver ( siempre nos quedará París ) .
Hay autores que deben de ir goteando en nuestro interior poco a poco, y yo acabo de incorporar otro a mi vida : Roal Dahl .Y lo enlazo con el primer punto con el que comenzaba dado que esta considerado un escritor infantil.
Conocía Charlie y La Fabrica de Chocolate por la divertida versión de Tim Burton y me gustaba ese fondo que mezcla la imaginación de los cuentos con la libertad del verdadero lector infantil.
Buscando libros para mi hija mayor ( 8 años ) caí en la excelente edición de la Biblioteca Roal Dahl; ella me pidió que los compartiésemos : por una vez era ella quien recomendaba porque los leía antes.
Y comencé con James y El Melocotón Gigante, seguí con Las Brujas y pasé a La Mravillosa Medicina de Jorge.
Y estoy absolutamente fascinado, divertido, inmerso ....
Lo primero que me gusta es su "innecesidad" de ser politicamente correcto: un niño protagonista puede terminar la novela convertido en un ratón para el resto de sus días, las abuelitas no tiene porque ser siempre tiernas ancianas e incluso sus nietos pueden intentar cargárselas, una tía gruñona es carne de cañón para que un melocotón la aplaste en su rápida carrera....
Lo segundo , su libertad sin explicaciones : existen las brujas, los insectos hablan porque sí, los técnicos de la grua no se sorprenden de una abuela que sale por la ventana ....
Pero sobre todo, lo más disfrutable es una maginación total, maravillosa , increible , constante. Sólo el capítulo donde se informa al protagonista sobre las características de las brujas en la novela de este t´tulo, o de las hazañas que a este respecto recuerda su abuela, son obras maestras, como lo son esos personajes que viven en las nubes y lanzan bolas de algodón, o los pájaros que hacen bolar el melocotón, por no hablar de los ingredientes que conforman la medicina de Jorge.
Creo que ahora me tocan El Gigante Bonachón y Charlie y el Ascensor de Cristal, ¡ que suerte!.
De verdad , que nadie se lo pierda , es sumergirse en un parque de atracciones , entrar en el tunel de la risa , volar en un cometa ..... Disfrutar por toneladas.
Gracias, hija.

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